Tan acotumbrados que nadie dice nada

Las incomodidades persisten hasta nuevo aviso

Tan acostumbrados que nadie dice nada

En diciembre de este año debería estar listo el terminal de buses Oviedo Cavada, el cual se construye en el sector norte de la ciudad de Antofagasta. Pero en la práctica el terminal tiene para un buen tiempo más, el problema es la contaminación acústica y las incomodidades que provocan los terminales ubicados en el centro de la ciudad, estos se tornan insoportables. Los usuarios están acostumbrados a que el sistema funcione de manera lenta e inadecuada, tanto así que ya nadie espera algo, nadie dice nada.

Por Nancy Palma

Son las 5 de la tarde de un día soleado típico de Antofagasta, en donde el calor sofoca en conjunto con la humedad, el limpiador de autos de la esquina de Latorre se quita la polera y moja su gorro en el mismo balde de agua que usa para limpiar los autos. No importa si el agua está limpia o sucia, con tal de soportar las altas temperaturas y la espesa humedad.

Estefanía Ocaranza, asistente social de la empresa Falabella, se encuentra esperando la salida de su bus en uno de los terminales ubicado en la zona centro de la ciudad de Antofagasta. Cada viernes Ocaranza viaja desde la ciudad de Calama, donde trabaja hacia, Antofagasta, puesto que ahí se encuentran sus seres más cercanos. Son las 6:30 de la tarde y el bus aún no llega, Estefanía está impaciente y sofocada por el calor, tiene las mejillas rojas, y mientras se abanica con una hoja comenta con enojo, “tengo que llegar a hacer un informe para mañana, uno se rige por un horario y que el bus no llegue lo retrasa todo, es desesperante verte limitada por tiempo y aquí lo único que queda es esperar, me da rabia, porque cuando uno se atrasa no esperan, en cambio uno está esperando ya una hora.”

Estefanía es una de las tantas personas que diariamente tiene inconvenientes en los terminales de buses, el retraso de ellos y la congestión que producen en el centro no son factores que favorecen la salida del transporte interurbano, sobre todo en los horarios “peak”. Pero según Humberto Araya, seremi de transportes y telecomunicaciones, la congestión no es un factor influyente en los retrasos de los buses, ya que durante el día, el centro es una vía de tránsito prácticamente expedita. El problema es en los horarios en donde coinciden las horas de entradas y salidas del trabajo, comenta con tono seco y cortante.

Han pasado cuatro años desde que se concretó la idea de un nuevo terminal de buses para la ciudad de Antofagasta. Su construcción todavía está en su esqueleto y las incomodidades para la población que habitualmente necesita usar los buses, muchas veces se vuelven insoportables, considerando que hay retrasos en los buses y el precio de los pasajes que sube en las temporadas en donde hay más demanda, pero ¿qué pasa con el servicio, mejora teniendo en cuenta que los precios suben exageradamente? Samuel Vera administrador de Pulman Bus de Antofagasta comenta que, “el precio de un pasaje es de acuerdo al servicio. Primero el 98% de las máquinas son nuevas, específicamente del año 2008 y éstas requieren de mantención, por eso suben los precios. Y si bien estos suben, quien los permite es el organismo regulatorio con respecto a los precios”.

Javier Rojas, administrador de Tur Bus se encuentra ordenando una pila de papeles sobre su escritorio, hay un olor a encierro y se pone nervioso, comienza a limpiar y ordenar, encuentra un diario y corrobora quienes serán los inversionistas del nuevo terminal, comenta que “la construcción del nuevo terminal es una obra que se inició de Pullman bus y Tur bus. Se le suman las empresas menores como Geminis, Fesptur, Romani, etc. Sin embargo el proyecto fue aprobado por la alcaldía por un tema de vialidad, el terminal es una obra entre privados y la alcaldía no tiene nada que ver, ésta sólo "recomendó" el nombre de Oviedo Cavada, nada más”.
Es por eso que al tiempo estos problemas podrían estar más controlados o bien podrían en un sentido de utopía no existir. La construcción del nuevo terminal, tiene como objetivo importante mejorar la infraestructura para los usuarios y la ciudadanía en general, así se evitaría congestiones en el centro de la ciudad y la tan nombrada contaminación acústica. Se espera que esto se concrete en el mes de diciembre del presente año, pero “en teoría se dicen muchas cosas, en la práctica no se concreta nada”, dice Rojas.

Son las 7 de la tarde, el bus llegó al terminal. En 15 minutos más parte rumbo a Calama. A Ocaranza no le queda más que acomodar sus cosas e instalarse para el corto viaje, toma asiento y se despide haciendo señas por la ventana.