miércoles, 3 de diciembre de 2008

NUEVAS ESPERANZAS ENTREGA EL CENTRO TABOR



Los centros de rehabilitación son cada vez mas frecuentados, la mayoría de éstos recibe a consumidores de alcohol, quiénes sienten que éste ya los domina, que sus vidas ya no funcionan si no están consumiendo.

Por: Nathalie Morales.
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Después de una larga espera llega Jhonny Acuña de 28 años, quién se ubicaba en la cocina de la comunidad Tabor, sentado en una mesa tamaño medio para seis personas, mientras tomaba once, asegura que estaba cansado luego de su arduo día de trabajo. Luego de escuchar la oración de la sabiduría que rezaban en la sala contigua dice que esa es una de las oraciones que son parte de las terapias que se realizan a diario.

Acuña estuvo antes en otra comunidad terapéutica llamada “Corporación Esperanza” situada en Santiago, pero después de tres años sin consumo y varias desilusiones decide cambiar de aire a “donde le tirara la pata” , y empezó a “mochilear”, según lo expresa. Luego de haber recorrido todo el norte se establece en Antofagasta; alojánose en una residencial donde, la marihuana, pistolas y cuchillos eran pan de cada día.

Al cabo de tres meses sin consumo volvió a fumar un “pito” y tomar cerveza mientras veía un partido de fútbol, situación de la que está completamente arrepentido ya fue en esa ocasión, cuando se le reventó la bilis.

El alcohol es una de las primeras sustancias a las que se tiene acceso, y a su vez es una de las drogas que más daño causa al organismo, el abuso de ésta puede originar serios problemas de salud, incluso cirrosis (destrucción del hígado), demencia y daño a los músculos del corazón

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Además, los alcohólicos tienen mayor riesgo de accidentes al momento de estar ebrios, y éste interviene seriamente en la relación del afectado con su familia y en el ámbito laboral, ya que se limitan sus aspiraciones profesionales. Según Marco Dominc, si el alcohólico no recibe tratamiento a tiempo, finalmente ocasiona la muerte.

La asistente social de la unidad de adicciones de alcohol del Hospital Regional de Antofagasta, Gina Núñez, explica que las principales causas de consumo son las angustias y la baja autoestima. Ello lo puede corroborar con sus años de trabajo dentro de la unidad de psiquiatría, donde comparte con consumidores de drogas y alcohol. Por otra parte, ha trabajado en el centro de rehabilitación “Crea”.

Mientras llena unas hojas de ingreso de participantes para el programa, manifiesta que los primeros pasos para comenzar a beber es el tratar de ser más “aceptado” dentro del grupo de amigos. “ cuando las personas llegan en “calidad de bulto” (cuando aún están en consumo o duros), no se les recibe, tienen que venir por lo menos con tres días de abstinencia”, asegura la asistente.

Cuenta que es la primera en recibirlos y que ese sería el contacto más importante, porque llegan con una serie de preguntas, entre las que destacan, la duración del programa, resultados de la rehabilitación. Y ella deja en claro de inmediato que, “en 6 meses estará listos si no consumen nada pero que son normales las recaídas en éste periodo”. Suspira y dice que, para ellos es fácil la excusa, y así no lograr cambiar.

Tabor es una institución de orientación cristiana que busca rehabilitar a las personas pero a través del cambio de conductas, ya que no sirve que dejen de beber si no hay un cambio mental y emocional que les ayude a entender como deben llevar sus vidas desde el momento en que ingresan al centro, tienen que aprender que es posible estar en una fiesta lucidos y con un vaso de bebida en la mano.


Armando Santana es un formador del centro de rehabilitación Tabor, quién terminó su consumo de alcohol hace veinte años, para luego comenzar su labor de formador con la idea de transmitir a los afectados que los cambios si son posibles con la ayuda de Dios.

“Yo estuve muchos años en consumo pero comprendí que con rehabilitación y mi gran fe en Dios el alcohol no lleva a ninguna parte, y que realizar los cambios por mi mismo es más eficiente que realizarlos por otros ya que el día en que esa persona se va uno vuelve a caer, manifestó Santana, quien también agregó que la ayuda de las familias es importante para hacer del proceso algo más cercano.

Alrededor de las 23 horas, esperando a que se retiren las últimas personas en terapia en el centro de rehabilitación, comenta que es posible mejorar en dos meses, ya que dejar de tomar es fácil, pero el mayor problema es cambiar las conductas. Esto es lo que busca el tabor, según comenta.

Mientras se frotaba sus ojos reflejaban el triste recuerdo de su vida anterior pero a su vez expresa…que ahora esta más feliz que nunca.

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