miércoles, 3 de diciembre de 2008

Campamentos: “la otra realidad de la ciudad minera”

Mientras unos viven una lujosa vida en Antofagasta, otros presentan inestable condición de subsistencia, olvidados por la sociedad, alejados de toda zona urbana y muchas veces discriminados por su clase social. Estos son los conocidos campamentos, habitada por familias completas. Una realidad inhóspita, escondida por la muralla invisible que la ciudad no quiere ver.






Por Carla Plaza Del Portillo

Actualmente, estos campamentos son una radiografía de la dura realidad escondida que presenta la “ostentosa” ciudad minera de Antofagasta, conocida por sus grandes producciones de cobre a nivel mundial y a la vez por presentar el ingreso per cápita más alto en el país, lo que da paso también a llevar una vida costosa en la zona, a la cual muchos de sus ciudadanos no tienen acceso. Como lo son los habitantes de los campamentos, personas “olvidadas”, por alcalde, concejales y cuanta autoridad exista o haya pasado por la municipalidad.

Hoy existen en la región alrededor de 18 campamentos de los cuales 17 pertenecen a Antofagasta y uno a la ciudad de Calama. Estos encuentran asentados aledaños a los grandes cerros rodeados de basura y perros callejeros, excluidos de toda población urbana, viviendo en precarias condiciones con el riesgo de algún derrumbe de las enormes laderas que se presentan en el paisaje norteño, sin derecho si quiera a acceder a los servicios básicos, como lo son el agua potable, el alcantarillado y la luz eléctrica.

Esta situación es una realidad oculta por nosotros mismos y que está ahí, donde cada familia chilena, libra día a día una lucha por erradicar de sus vidas la pobreza que irrumpe en sus hogares impidiéndole el paso a la superación y a un mejor futuro, teniendo como única arma defensiva frente a este hecho su dignidad y el sueño de algún día surgir por su propio esfuerzo.

Muchas veces es necesario tener presente o “ser concientes”, de que existen personas que no la están pasando tan bien como los protagonistas de esta gran ciudad minera que nos propone la región y que cada día se abre puertas al mercado internacional. Debe existir una disposición para cambiar esta realidad, partiendo primeramente por eliminar el clasismo, la discriminación y la desigualdad tanto monetaria como social, característica que muchas veces nos ha dado un lugar como uno de los países con peor distribución per cápita a nivel mundial.


Lucha contra la pobreza: historia de vida



Al acercarse al lugar es posible observar de inmediato a los campamentos y apreciar las condiciones en que viven las familias. Un terreno irregular que se ve adornado por los escombros y desechos que vecinos de las poblaciones urbanas acumulan, sin respeto alguno por estas personas que de alguna manera luchan por mantener un hogar limpio y seguro para sus hijos.

Este contexto que se presenta ante los ojos, es evidente la pobreza que se da, pequeñas “mediaguas”, si se les puede llamar así, construidas con cartones y latas. Donde se resguardan familias completas, a merced de cualquier peligro. Viven cada día con el temor de perder lo poco y nada que han juntado, para formar lo que ellos llaman hogar.

Laura Campillay, integrante del campamento Camino al Futuro, mira con descontento la situación en la que se encuentran, ya que siente que las autoridades se han olvidado de ellos e inclusive el SERVIU, quien desde el año 2000 hasta el presente todavía no le hace entrega de su casa propia y, exigiéndole a la ves más dinero del monto establecido que deben pagar por esta.

Debido a la crisis económica, Laura, se ha visto en la obligación de buscar trabajo junto con su marido que se encontraba cesante, ya que el dinero no alcanza para cubrir su precaria canasta básica.

Laura, entre llanto y con una mera sonrisa dibujada en su rostro, nos muestra sus logros como mujer y el orgullo que siente por su pequeña hija de apenas seis años, la cual destaca en su curso por sus altas notas. Pero a la vez mira con tristeza el gran sacrificio que esta realiza al quedarse sola mientras sus padres salen a trabajar para poder alimentarse.

Frente ha esta problemática, Ronald castillo esposo de Laura, hace un llamado a las autoridades, especialmente a la alcaldesa recién electa Marcela Hernando, quien anteriormente les había prometido ayuda y hasta el momento no se ha presentado. Por lo que este hecho ha provocado mucho revuelo dentro de la comunidad, quienes advierten que realizaran una marcha para hacer valer sus derechos como ciudadanos frente a la municipalidad.

Mientras la minería más avanza en la región, el desarrollo que esta genera en la ciudad no es evidente, ya que todavía se encuentra presente la otra cara de la moneda, principalmente los campamentos, los cuales aun no son erradicados en su totalidad. Siendo esta la población mas pobre de la ciudad y con un alto nivel de indigencia, según la encuesta CAS.

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