La transmisión del VIH es uno de los riesgos que se puede contraer por un mal tatuaje

¿ARTE O FALTA DE IDENTIDAD?

Cada vez son más los antofagastinos que acuden a los conocidos “body art” de la ciudad, donde, sin importar la edad, el género o la razón del que los visite, puedan plasmar en su cuerpo un tatuaje como signo de expresión o la búsqueda de una identidad

Por Vilma Jélvez P.

En esta época del año, la demanda por tatuarse crece significativamente. Los factores que determinan este fenómeno, son las nuevas modas y formas de modificar el aspecto externo de la persona, ya sea tatuándose la piel de manera permanente o temporal, en distintas partes del cuerpo o por diversas motivaciones. Pero siempre estarán presentes las posibles consecuencias que esta forma de expresión pueda acarrear.

El negocio de los “body art” ha ido aumentando notablemente y no de manera sorpresiva, así lo afirma Rodrigo Castillo, dueño del local “Cuerpo y Acero” ubicado en el edificio Caracol de Antofagasta, quien desde su lugar de trabajo comenta entusiasmado que en estas fechas aumenta el número de personas de distintas edades que desean tatuarse.

“Ya no es raro ver personas mayores que vienen a hacerse tatuajes, ya sea por motivos personales, familiares o simplemente porque sienten que es la hora de un cambio en sus vidas”, declara Castillo. Quien también cuenta que son muy distintas las motivaciones con las que llegan las personas a realizarse un tatuaje, independiente de la edad.


Jessica Brito (19), relata ansiosa el día en que se tatuó el nombre de su canción favorita, “with or without you” de U2 en su espalda. “Para mí fue un momento único saber que ese nombre que me ha identificado todo este tiempo lo lleve conmigo para siempre, ya que significa mucho y ha sido parte fundamental en mi vida”, cuenta Brito.

Para Francisco Soto (44), la razón de su tatuaje es la muerte de su hijo fallecido en agosto de este año. Soto desde su casa ubicada en el sector norte de la ciudad cuenta con nostalgia que el haberse tatuado la cara de su hijo le produce sentimientos encontrados. “Me siento feliz de llevar para siempre a mi hijo conmigo, pero a la vez siento una tristeza enorme por haberlo perdido y no poder verlo nunca más y cuando lo vea sea viendo mi tatuaje".

Cada vez, son diversas las razones por las que personas de diferentes edades quieren plasmarse un tatuaje en cualquier parte de su cuerpo, y por esta misma razón, crece el control en locales donde hacen tatuajes, principalmente en materia de higiene.

Por ello, luego de que la Cámara de Diputados aprobara la regulación en la práctica de tatuajes y piercing en menores de 18 años en época estival, los jóvenes y adultos han tomado conciencia que un tatuaje no es algo pasajero y si no se hace de manera correcta, pueden generarse consecuencias imprevistas.

Según la dermatóloga Patricia Carrasco, cuenta sobre los efectos que este tipo de arte puede causar en la piel y las consecuencias que se pueden producir por un tatuaje mal hecho. “Es conocido por todos que los riesgos más graves que se pueden contraer es la transmisión del VIH, hepatitis e infecciones secundarias”, comenta Carrasco. También manifiesta que es preocupante la cantidad de gente que llega con ese tipo de problemas y que el sentimiento de arrependimiento se forma por estas mismas irresponsabilidades.

Para el sociólogo y académico de la Universidad de Antofagasta, César Trabucco los factores que influyen en esta moda, están en una relación directa entre el uso de los tatuajes y una crisis de identidad”. Trabucco manifiesta que hay dos planos de análisis, el de las identidades sociales y el de las personales, los cuales son fundamentales a la hora de pensar en hacerse un tatuaje, ya que son múltiples las maneras de expresarse y si es a través de un tatuaje significa algunas veces sirve de vía de escape para muchas personas.

A medida que pase el tiempo, más personas encontrarán en un tatuaje una forma de expresar sus penas y alegrías, sus gustos y rebeldías, por ello nunca quedará claro si los tatuajes son un arte de expresar o una búsqueda de identidad algunas veces “perdida”.