Mujeres, prohibido callar.

Un llamado a no tolerar la violencia.


De colores se viste el escenario y sus alrededores en la plaza Sotomayor. Globos y pancartas ávidas de atención se hacen destacar con toda la intención de alertar a los antofagastinos a participar en esta cruzada por la no violencia.

Carla Suazo G.


25 de noviembre, día internacional de la no violencia contra la mujer. Lo indican los letreros, las láminas publicitarias con fotografías impactantes, canciones alentadoras y una veintena de lápidas de cartón adheridas al suelo simbolizando la muerte de mujeres por acción de sus parejas.

Para hoy se ha preparado un discurso por el Intendente Regional, la Asesora Regional del Sernam, premiaciones a quienes han colaborado con esta causa, además de show en vivo por artistas locales. La animadora del evento llama a los participantes a sentarse en las sillas predispuestas en frente del escenario, pero pocos acuden. Cinthia se mece sobre sus pies, posicionada en la última fila sin atreverse a ocupar los asientos de adelante. Viste polera azul eléctrico al igual que muchas otras mujeres que acuden al centro “Crecer Juntos” en distintos puntos de la segunda región. Están uniformadas como un recurso de protección para poder participar libremente de la actividad sin ser reconocidas, aclara la monitora del centro de Tocopilla quien viste igual, así la sicóloga y la asistente social.

Sube una joven al escenario y comienza a dar un monólogo sobre el maltrato, Cinthia se ríe y aplaude a momentos sintiéndose identificada. Viene del centro Manantial de Calama conjunto a sus compañeras. Casada hace 18 años, disfrutó solo 4 de éstos, ya que desde entonces su esposo empezó a demostrar actitudes anormales, como llevarse sus llaves al salir a trabajar y encerrarla hasta el retorno. A medida que pasaban los años la agresividad se iba integrando paulatinamente en su vida, hasta que sin notarlo estuvo dentro de las siete de cada diez mujeres maltratadas en Chile.

El Sernam, servicio nacional de la mujer, cuenta con 58 centros especializados para víctimas, y entre ellos se encuentra “Crecer juntos”, que dirige su intervención preferentemente a la violencia en contra de las mujeres al interior del hogar por tratarse de una expresión de discriminación hacia ellas. Este centro de acogida es el principal precursor de esta actividad en Antofagasta. “Necesitamos que toda la comunidad tome conciencia y que se haga presente el tema en nuestra ciudad. Que se discuta e interiorice, que se propague y las mujeres entiendan que no están solas, existen instituciones como ésta que ayudan, y ayudan de verdad” comenta con entusiasmo Carolina Caro, sicóloga y monitora encargada de la institución.

Carmen Bahamondes Fajardo, Karina Rojas Cañas y Alejandra Villarroel Villa, encabezan la lista de las víctimas de femicidio en los últimos diez años en nuestro país leídas por animadora del evento. Son más de 30 nombres que no se pueden retener en la memoria, pero si es posible entender hasta qué punto puede llegar la violencia y lo fácil que es detenerlo con solo romper el silencio.

Margarita Buroncle quien pasaba por ahí se queda como espectadora. Por su vestimenta se deduce que trabaja en una multitienda. Se emociona con los testimonios entregados en el escenario. “No hay que tolerar ningún tipo de violencia, pero es difícil” Ella trabaja para mantener su hogar y nada más. No puede darse lujos como comprar zapatos sin consultarle a su marido antes. “Se enoja porque no están los tiempos para gastar”. El control de sueldo ya es un tipo de violencia, el no poder salir con las amigas a divertirse, ir de compras, relacionarse con otras personas. Son restricciones tan cotidianas que se disfrazan de normalidad, siendo que están consideradas como un tipo de maltratro. Numerosos estudios han demostrado que una de cada tres mujeres, en algún momento de su vida, ha sido víctima de violencia sexual, física o psicológica perpetrada por hombres.

La unión hace la fuerza.



Tal como en un cementerio se invita a los presentes a ver las lápidas encabezadas con los nombres de las víctimas y se crea un momento de total emoción, protagonizado por las mujeres con afiches de colores alzados en silencio y la frase puntual de una canción que dice “nadie puede hacerte daño” sella el momento a la perfección. Es el llamado a detener este problema de una vez, a meditar y darse cuenta a tiempo si están todas las mujeres del mundo en este instante sufriendo de maltrato y sobretodo a no crear la necesidad de soportar agresiones por estar con un hombre. Que nada justifique la violencia.

Paralelo 2