lunes, 29 de diciembre de 2008

Descuidos que marcan por siempre


Una institución que previene y también cura


Descuidos que marcan por siempre



El único Centro de Rehabilitación en el norte que tiene COANIQUEM está en Antofagasta, el que atiende anualmente a más de 500 niños que llegan al recinto para ser atendidos de forma gratuita y así recuperarse de lesiones producto de accidentes en gran parte evitables.


Por Daniella Jeria
Paralelo II


Maximiliano tiene tres años y desde el cuatro de septiembre visita periódicamente el Centro de Rehabilitación ubicado en Pedro Aguirre Cerda 11385, donde se somete a terapias físicas que le permitirán curarse de las heridas causadas por un accidente casero -como la gran mayoría- en el que una taza de líquido hirviente cayó sobre su brazo derecho.

Su madre Jessica recuerda el hecho con una mirada que denota su tristeza y en parte su sentimiento de culpa, “estábamos tomando té y el Maxi se subió a una de las sillas jugando con las cosas de la mesa, fui a buscar algo al refrigerador y a los pocos segundos mi hijo tenia té hirviendo en parte de su brazito”.

Jessica, al igual que muchos, jamás
pensó tener la necesidad de acudir a una
institución como COANIQUEM, la que todos estos meses ha brindado el tratamiento necesario para que el “Maxi” se recupere de la mejor forma posible. Sabe que la responsabilidad es en gran parte suya, pero se defiende diciendo que los accidentes son muy poco evitables -como fue en su caso- y que lo mejor que pueden hacer los padres es apoyar a sus hijos, acompañándolos a todas las consultas y aplicando efectivamente los consejos y sugerencias que las campañas de prevención dirigen a los adultos, evitando asi un aumento en la ocurrencia de estos lamentables incidentes.

De a poco la sala de espera del Centro de Rehabilitación se va llenando de madres e hijos que llevan en sus mentes y en sus cuerpos las consecuencias de un accidente casero, ya sea por descuido, curiosidad o cualquier otra razón que los expuso al peligro.

Para quienes trabajan en COANIQUEM Antofagasta los días comienzan con el desafío de brindar el mejor servicio a niños que han atravesado dolorosos momentos por causa de quemaduras en distintos sectores de sus pequeños cuerpos.

Desde mediados de 1980, la Corporación de Ayuda al Niño Quemado ha cumplido una importantísima labor en todo Chile, prestando su ayuda a todos aquellos niños que han sufrido quemaduras de diverso grado y con distintos orígenes. Son muchas las personas, como Jessica, que están muy agradecidas por la noble labor que enfermeras y doctores realizan en el Centro de Rehabilitación Antofagasta, quienes no sólo tratan las lesiones físicas de los pequeños pacientes sino también los daños psicológicos, ya que muchos niños generan profundos traumas que deben ser tratados en forma oportuna por un especialista.


Juegos con fuego


En vísperas de las fiestas de fin de año, el temor de quienes trabajan en la institución aumenta ya que, según estadísticas a nivel nacional de los dos últimos años, la ciudad tiene el mayor número de niños quemados debido al uso de fuegos artificiales domésticos que la ley 19.680 prohibe en todas sus formas. Aún con la legislación de su parte y a pesar de las múltiples y constantes campañas realizadas por la Corporación de Ayuda al Niño Quemado, estos lamentables accidentes continúan, los que serían totalmente evitables si los padres tuvieran un control efectivo de lo que sus hijos utilizan para jugar en estas fechas, explica Isabel Orellana, enfermera coordinadora del centro de rehabilitación antofagastino.

El sector Playa Blanca -como muchos otros de la ciudad- alberga por las noches las risas y gritos de gran cantidad de niños que disfrutan sus vacaciones de verano alegres y relajados, compartiendo con sus amigos del barrio juegos que, en ocasiones, representan un peligro potencial de serios daños a su integridad física y mental. Matías Alvarez, el “Mati” para su familia y amigos, mete su mano al bolsillo y saca una marra de cuetes chinos, los cuales enciende con ayuda de una caja de fósforos tomada a escondidas desde la cocina de su casa. Las exclamaciones de euforia del Mati y sus pequeños vecinos se mezclan con el ruido provocado por la explosión de estos minúsculos pero igualmente dañinos fuegos artificiales.

“Yo no le tengo miedo a los cuetes, siempre salgo corriendo después de prenderlos asi que no me pasa nada”, asegura el Mati, quien revela que obtiene todos estos elementos a través de su hermano mayor, ya experto en el tema, que aparentemente se abastecería de un vendedor clandestino.

Tal como lo explica Mónica Mozó, quien forma parte de la administración local de COANIQUEM, la indolencia de los adultos frente al manejo de fuegos artificiales prohibidos por parte de los niños, es la principal causal de accidentes con resultados de quemaduras de diverso grado. Lo anterior se ve agravado por la acción indiscriminada e irresponsable de comerciantes sin escrúpulos que lucran abiertamente con la ingenuidad de tantos niños que sin saberlo se exponen a daños que los marcarán toda su vida.

Ya sea por fuegos artificiales domésticos o por un accidente en casa, todos los niños que han sufrido quemaduras tienen un segundo hogar en el Centro de Rehabilitación COANIQUEM, el que continuará con su valiosa y hermosa función de ayudar a los infantes que han sido marcados quizá de por vida.


2 comentarios:

Unknown dijo...

Daniella observé algunos problemas con las citas y comas. En términos generales está bien, pero debes tener cuidado de tomar distancia con las instituciones au

Apropiación de estilo: 3
Calidad de la narración: 4
Aplicación de conceptos: 4
Idoneidad de las fuentes: 4
Valor Informativo: 4
Momento de la historia: 4
Corrección ortográfica y redacción: 3
Total: 26/28
Nota: 6,5

Unknown dijo...

perdón me faltó completar el texto. Decía, aún cuando sean benéficas. A ratos parecía una nota institucional de Coaniquem.