Cuando se pierde la dignidad: violencia intrafamiliar en varones

No es menor la cantidad de casos que se dan en los hombres
Cuando se pierde la dignidad: violencia intrafamiliar en varones

Campañas y nuevos centros de ayuda se han incorporado para combatir esta problemática que ha ido creciendo cada vez más en nuestro país.

Por Cristina Álvarez.


Humberto tiene 24 años, es estudiante de odontología de la Universidad de Antofagasta, y toda su vida ha sufrido de violencia intrafamiliar. Con la mirada fija cuenta como comienza la pesadilla que hasta hoy lo atormenta. “Beto”, como le dicen sus amigos, recuerda que desde muy pequeño ha sido víctima de esta triste realidad. “De mi infancia recuerdo golpes, insultos, presiones y exigencias hacia mí como varón. Todo esto afecta mi dignidad como ser humano, me siento humillado y lastimado”, afirma.

Para Beto no ha sido fácil vivir todos estos años con una situación tan difícil de poder llevar; menciona que ahora siendo más maduro puede dar a conocer a sus amigos la historia de su vida. Su homosexualidad es provocada por un hecho que lo marca por el resto de sus días. A los cinco o seis años es objeto de abuso sexual por parte de unos vecinos adolescentes. No recuerda si se consuma la violación, pero desde ese momento cambia la perspectiva de la vida para él, sus padres se dan cuenta de la situación pero no hacen nada al respecto, de hecho Humberto prefiere no recordar cómo sucede todo.

La encargada regional prevención VIF Sernam, Mitzi Figueroa, explica que la violencia intrafamiliar siempre se ha dado en gran manera a nivel nacional, teniendo la ciudad de Antofagasta las estadísticas más altas en la región, con mil 528 casos, entre mujeres, hombres y niños. “La violencia es un fenómeno multiocasionado, que debe ser comprendido en un marco relacional, donde el eje central es el de las relaciones abusivas entre hombres y mujeres, quien tiene más poder sobre el otro para pasarlo a llevar”, afirma Figueroa.


Encuestas realizadas por Sernam revelan que de cada diez mujeres, cuatro son maltratadas, ya sea de forma física, sicológica o sexual, y que de cada 32 mujeres, 25 son obligadas a tener relaciones sexuales, lo que se puede denominar como un tipo de violación. Pero, ¿qué ocurre en el caso de los hombres?, nunca se han dado a conocer estadísticas que muestren el porcentaje de maltratados a nivel nacional, ya que no es un tema muy abordado, y tampoco son muchos los casos que salen a la luz, pero ellos también son víctimas de maltrato intrafamiliar. Humberto comenta que hace un par de años él se acerca a una casa de acogida para solicitar ayuda y tratarse con especialistas, ya que antes jamás habría tenido la valentía para haber pedido algún tipo de ayuda.

Los centros de acogida se han convertido en un pilar fundamental en la rehabilitación de personas que sufren de este fenómeno. El sicólogo Patricio Olguín, menciona que la ayuda que se brinda se va realizando por etapas. Es un trabajo socioeducativo, se trabaja con las creencias y costumbres de los hombres y mujeres, sean violentados o violentadores. Con el objetivo de modificar la manera de comportarse y de actuar frente a estas situaciones.


ISIRVIF

Como casa de acogida, ISIRVIF atiende casos de hombres y mujeres de 18 años en adelante que sufran de violencia intrafamiliar, es el único centro que ve situaciones en que el hombre es víctima de abusos, por parte de su pareja o familiares, como los padres o hermanos. La coordinadora y asistente social de ISIRVIF, Johana Ledezma, afirma que los casos más comunes de violencia son físicos y sicológicos, en menos grado los de abuso sexual pero que no dejan de ser importantes.

Las terapias que se les hace a las víctimas y a los victimarios son procesuales, en un hombre dura de uno a dos años, eso demora en graduarse de la terapia y quedar completamente rehabilitado, en cambio en una mujer se demora de cinco meses a un año, la mujer se rehabilita en menos tiempo porque es mas fácil que demuestre lo que está sintiendo y olvide rápidamente todos los daños que se le han provocado, no siendo así en un hombre.

“Nosotros trabajamos en conjunto con sicólogos, haciendo duplas en las diferentes etapas de las terapias, donde vemos que factores han influido que provoquen este fenómeno, si es que existe algún patrón familiar en el cual se produzca un ciclo repetitivo de violencia hacia otras generaciones”, asegura Ledezma.


Como el caso de Humberto existen muchos jóvenes que sufren de maltrato y que no se han dado a conocer por temer a las consecuencias que puede acarrear o a la falta de información por parte de estos mismos. "La violencia intrafamiliar destruye hogares, acaba con las relaciones familiares y la dignidad. Hacen falta más leyes para detenerla; se requieren ambientes sanos donde haya una pluralidad en cuanto a gustos y preferencias sexuales. Las mujeres no son las únicas que sufren violencia. Yo, como hombre, fui violentado, y como yo hay muchos sin que se les escuche y se les comprenda por eso se vuelven más violentos y se crean los círculos viciosos de la violencia”, comenta Beto.




Paralelo II